Del 17 al 21 de octubre, en la comunidad de Chimeo, perteneciente a la Capitanía Zona Villamontes se llevó a cabo el curso “Tallado en madera”. En el curso participaron artesanos, artesanas, profesores y estudiantes de las comunidades de Santa Rosa, Macharetí y Chimeo, quienes aprendieron diversas técnicas sobre el tallado en madera blanda, con el objetivo de fortalecer su autonomía económica.
Mariana Rojas, estudiante de la Unidad Educativa “Méndez Arcos” de la comunidad de Chimeo, indica que en el curso aprendió a dibujar y a tener buena concentración. Las actividades que más llamaron su atención fueron las técnicas de dibujo y el tallado en madera, indicó, además de sentirse muy agradecida con la iniciativa y el facilitador del curso.
Participantes del curso: Tallado en madera
Octavio Cuevas, artesano de muebles rústicos de la comunidad de Chimeo y autoridad comunal, comentó que fue una actividad muy importante, de mucho aprendizaje para incentivar el turismo comunitario. Chimeo, actualmente apunta convertirse un punto de destino de turismo para la región Chaco.
Teresa Ruiz Ciro, estudiante de la Unidad Educativa “Méndez Arcos” de la comunidad de Chimeo, también mencionó que en el curso se aprendio sobre dibujo y las características de la madera del bosque chaqueño.
Sebastián Supayabe, escultor en madera de la localidad de concepción, provincia Ñuflo de Chavez del departamento de Santa Cruz, facilitador del curso, mencionó sentirse muy feliz por la masiva participación de jóvenes en el curso, además destacó que en comunidades de Huacaya, Macharetí, Chimeo y Villamontes persiste el uso de la lengua guaraní. Para este profesor, en adelante será importante enseñar tallado en madera dura, como el roble y cedro, maderas con las que se puede elaborar una variedad de esculturas atractivas.
Tallado en madera
Capitana Zonal, Paulina Cuevas en la entrega de certificados
Alberto Urbina y Pablo Toda, experimentando el trabajo con madera
Realizaron el curso 34 personas, quiénes han recibido sus certificados en presencia de la ONG española Manos Unidas que financió la actividad, a través de Alberto Urbina y Pablo Toda. El IPDRS, institución ejecutora, ha destacado que el trabajo artesanal y con las manos contribuye a desarrollar una mejor compresión de la economía y de la gestión del recurso forestal.